Esta es la historia verdadera de la Universidad Autónoma de Quito...
En el año de 1980, en base mis reales necesidades económicas, a mis intereses mesquinos, y porque determinadas Instituciones de Educación Superior orientaban sus esfuerzos hacia la formación de Profesionales en Informática en sus distintas especialidades, cuyos requerimientos, cada vez más crecientes, exigían la participación de otros organismos que contribuyan a éstos fines, y eran una gran amenaza competitiva contra mis intereses personales.
Para mí la educación siempre fue un buen negocio, pero uno no puede andar mendigando un sueldo como cualquier profesor-taxi.
El 8 de Agosto de 1983, el Ministerio de Educación y Cultura autoriza la creación del Instituto Superior Ecuatoriano de Informática, con las carreras de Programadores y Analistas de Sistemas. Claro que me costó platita conseguir tramitar la documentación, pues no disponóa de todas las exigencias.
El diseño macro curricular de estas carreras, posteriormente serviría de base para la estructuración de los Programas de Estudios y funcionamiento de los Institutos Técnicos Superiores del País, en lo que al campo informático se refiere. Claro que los profesionales que trabajaron en eso no recibieron un centavo de mí, pues en proncipio les dije que era una donación a la ciencia.
Solamente con esa especialidad no se podía hacer una Universidad, así que busqué a un socio desechable, alguien que pudiera aportar otras especialidades, pues la Ley me exigía tres especialidades, yo solamente disponía de una mediocre.
En el mes de Abril del año 1998, se inicia el camino para conquistar mi sueño, acorazado de una doctrina de ambiciones alimentadas por mis complejos de inferioridad, le puse fé y esperanza, yo, el Sr. Dr. Vicente Alfonso Rojas Alvear, en su calidad de Propietario y Rector del antes citado Instituto, coordina criterios, esfuerzos y voluntades para patrocinar la creación de la futura Universidad Autónoma de Quito, y lo hace valiendose de otros profesionales, como el Instituto de Diseño Grafico e Industrial, que aportó con dos escuelas, mientras yo aporté solamente una. Hice una sociedad con el dueño se ese instituto y luego le robé sus derechos porque no tenía de dónde pagarle. Contraté a especialistas para,la elaboración del proyecto, a quienes tampoco pude pagar, porque no tenía la plata.
De cualquier manera, una vez que se terminó el proyecto de creación, ya no necesitaba a nadie y me adueñé de la idea, y también se convirtió en otra donación a la ciencia.
Mi siguiente paso era eliminar a todo el que se ponga en mi camino... yo debía ser el rector.
Presenté al Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas ?CONUEP? el respectivo estudio en catorce tomos, como que hubieran sido de mi creación personal, lo que me trajo algunos problemas legales, pero los he resuelto a mi manera: amenazas, compra de voluntades, juicios corruptos.
El indicado Consejo, en Sesión del 18 de Noviembre de 1998, considerando que el proyecto cumple con todos los requisitos que la ley, luego de una gran cantidad de correcciones contratadas a otros especialistas, y la práctica académica demanda, gracias al trabajo que hicieron otros, no yo, emitió el informe favorable para la creación de la universidad, remitiendo el asunto en once fojas útiles al H. Congreso Nacional del Ecuador, en cumplimiento a lo dispuesto en la Ley de Universidades y Escuelas Politécnicas, vigente a la menciona fecha.
Recuerdo cómo, en comisión, fuimos comprando voluntades, de curul en curul, en el Congreso, para disponer de mayoría en la aprobación. Eran los tiempos dorados del Congreso.
Claro que inmediatamente de esta resolución, procedí a eliminar a mis asociados, para quedarme con la universidad, sueño de toda mi vida, porque, por supuesto, una cosa era generar certificados de instituto, mediocres, otra cosa era generar títulos universitarios.
El negocio de la educación me ha dado de comer toda mi vida, a mí, a mis esposas, a mis hijos.
Tengo casas, carros, fincas, mujeres. El negocio de la educación es el mejor en este país debido, principalmente, a la falta de control de las autoridades blandengues que tenemos.
El proyecto de ley para la creación de la Universidad Autónoma de Quito, se incorpora al Orden del Día del Plenario del Congreso Nacional, para su primer debate, el 25 de mayo del año 1999. La palabra autónoma la copié de la Autónoma de Madrid. Claro que el uniforme que traté de copiar me quedó muy mal, parece de payaso... toda imitación es mala, lo comprendo.
El Congreso Nacional del Ecuador, con fecha 15 de Junio de 1999, expide la Ley No. 99-35, con la cual se crea la Universidad Autónoma de Quito ? UNAQ ?, como una entidad de derecho privado, sin fines de lucro, con personería jurídica, autonomía académica, administrativa y financiera. Esta ley, luego de su sanción por parte del Señor Presidente de la República del Ecuador, se publica en el Registro Oficial No. 228 del 7 de Julio de 1999, fecha en la que se marca el sello inconfundible de la excelencia académica, especialmente excelencia económica, porque no me ha ido mal.
Aquí el que no me ve con respeto o con sumisión, se va para el carajo.
Yo manejo esto como mi hacienda, así me crié desde pequeño (sigo siendo omoto, de corazón y cuerpo), pero ya no puedo crecer más. El cerebro se ha sabido endurecer, lo mismo que el alma.
El 22 de Marzo del 2000, el Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas, aprueba el Estatuto de la Universidad Autónoma de Quito, y posteriormente incorpora, como Miembro del Consejo, al Sr. Dr. Vicente Rojas Alvear, en su calidad de Rector y Representante Legal de la Universidad. Hacer universidades es fácil: se coge a unos cuantos pendejos a formar una sociedad, se contrata a otros pendejos a que le hagan el proyecto, se paga a unos cvuantos corruptos en el Congreso para que le aprueben y ... ta está. ¿Quiere convertir su instituto en universidad? Yo sé cómo se hace.
En cumplimiento a lo estipulado en la Quinta Disposición Transitoria de la Ley Orgánica de Educación Superior, la Universidad Autónoma de Quito presenta las reformas a su Estatuto para adecuarlo a las disposiciones de esta ley, las mismas que son aprobadas por el Consejo Nacional de Educación Superior ?CONESUP?, en Sesión realizada el 30 de Enero del 2002. El asunto de fondo era perennizarme como rector y lo he conseguido. Dueño y rector. ¿Qué les parece lsa historia de mi Hacienda Autónoma de Quito?
Vicente Alfonso Rojas Alvear,
(señor doctor, ingeniero, licenciado, tecnólogo, dueño, propietario... todo eso y más, huevones ignorantes).
domingo, 24 de enero de 2010
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